Otro tiempo, otro lugar.
Bajo el calor del mediodía.
El tiempo, como el aire, se dilata por encima de los adoquines hirviendo.
Los hombres y las mujeres se superponen con sus miradas.
Se agotan tragando. Son pesados con todo su estómago. Sentados en sillas plegables y frágiles.
Hasta los niños se mueven en cámara lenta.
Tumbados, chupan su helado, sin fuerza para correr detrás de las palomas migajeando.
La calle se paraliza en el cenit.
Y me siento a contracorriente. Ligera y audaz.
Doy vuelta por dentro. El corazón chispeante.
Esta noche, me uniré otra vez con el amor.
Bajo el calor del mediodía.
El tiempo, como el aire, se dilata por encima de los adoquines hirviendo.
Los hombres y las mujeres se superponen con sus miradas.
Se agotan tragando. Son pesados con todo su estómago. Sentados en sillas plegables y frágiles.
Hasta los niños se mueven en cámara lenta.
Tumbados, chupan su helado, sin fuerza para correr detrás de las palomas migajeando.
La calle se paraliza en el cenit.
Y me siento a contracorriente. Ligera y audaz.
Doy vuelta por dentro. El corazón chispeante.
Esta noche, me uniré otra vez con el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario