sábado, 29 de agosto de 2015

El cuaderno vietnamita.3.


 
Frente a un plato de noodles. Calle Hang Buom. Hanói. 5 de julio.

El día anterior a mi salida, ducha fría, él escribió:

“El oráculo de las chocolatinas jet dijo que eras un hoyo negro... como planeta, debo ser cauto entonces.
Te deseo de nuevo buen viaje.
Nos vemos a tu regreso.”

Decidí comprar unos aretes a un artesano de la Séptima en Bogotá. Tenían que representar este puto agujero negro que soy.
El artesano me preguntó: “Hace años que usted vive acá, ¿verdad?…pero cuando se va a morir, que piensa hacer con su cuerpo… ¿enterrarlo aquí o allá?”

¿Me podrían dejar despegar en paz, por favor?
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Acabo de descubrir que NO soy un agujero negro porque esos aretes NO los soporto. ¡Soy alérgica! Un brote gigante de cada lado del cuello.
Tenía la convicción intima que no había que temer de mí. Soy un Jedi del Lado Luminoso de la Fuerza.

Consigna: No creer en las proyecciones de los demás.
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Otras duchas frías:
-Pienso mucho en ti.
- Pienso en ti pero no mucho. …No quiero ser un salvador, no descanses sobre mí… Y bla bla bla, tengo toda una lista para hacer un mercado…
¿Pero con quien habla? ¿Cuál es su interlocutor? No me reconozco. No encasillo.

Me habla como si yo fuera una niña en un almacén de vajilla. "No toques. Quédate quieta." Frunce el ceño y hace los ojos gordos del adulto que piensa asustar a los niños y resolverlo todo con este método.
O cambia el tono, y me habla como si él fuera el viejo sabio de la tribu, el gurú de la secta.
 “es porque tienes miedo a sentir”… debe estar hablando de él. Por mi parte, sé lo que siento: atracción, deseo, curiosidad. Quiero conocer su cuerpo y sus éxtasis.
Solo que no puedo acercarme como lo haría con otros hombres- mi técnica favorita es asaltándolos en el corredor que va del baño a la sala de las discotecas - porque sé que no va a sentir nada carnalmente conmigo. Le gustan los hombres.
Obviamente no me conoce y no sabe todavía que tengo cojones. Es el drama de mi vida amorosa. En pareja, el macho no soporta mi virilidad: camino lejos, manejo rápido, me emborracho, recorro el planeta, practico lo extremo, doy puños en la calle al primero que se me atraviesa...
Pero mis cojones son invisibles y mis tetas palpables.
No ser deseable físicamente puede resultar una gran tragedia. Griega. Como no me voy a poner una toga ni inmolarme públicamente, no sé en qué teatro estamos actuando.
Arcano sin nombre. Cortar. Libar el elixir del duelo, antes de que se vuelva vinagre.
Unplugged.
La desconexión con él me despertó en plena noche. Yacía en el camarote, cubierta por el sudor, perdida en Hanói. 
¡Aterricé!
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Interrupción del relato. Un hombre pelirrojo,  tomando en la mesa en frente, quiere conversar conmigo.

 

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