miércoles, 23 de septiembre de 2015

Muerta.



Hoy mi madre subió al cielo.
No.
Hoy mi madre murió.

Como un pez fuera de su pecera.

Su boca gran abierta
Aspira,
Aspira el aire.
Pero el aire ya no quiere entrar.
¿Está aburrido el aire?
¿Se niega?
Parece.
Tiene unos aires
De ya no quiero. 
Se rebela.
Entra.
Entra.
Entra.
Pero ya no sale.

Al revés sus ojos se van,
Mi puño se cierra,
Aprieta su mano,
Y se acabó.
Lloro.
Circula, en mí, el aire,
Por la boca que ulula,
Por la nariz.
Y produce burbujas voluminosas,
Burbujas voluminosas de aireación de acuario.
Ella sobrevuela.
Voy a la cabina telefónica.
Ella me sigue.
Anuncio.
“Allo, mi madre está muerta.”
Ella me roza.
Ella me escucha.
Regreso cerca de su corteza.
Miro sus dedos nudosos,
La argolla incrustada en la carne,
Su barriga gorda rellena de plumas,
Como una almohada,
Su frente fruncida de inquietud,
Las cavidades de los ojos azul gris,
Gris azul,
La punta detrás de su oreja,
La punta detrás de mi oreja,
Acaricio,
Marca del molde,
Molde familiar.
Abandonar.
Ahora la línea de demarcación ha sido franqueada.
Hay que abandonar
El cuerpo,
Guardarlo en el sótano,
En la nevera,
Conservarlo fresco hasta la fecha,
Hasta la fecha indicada,
Hasta la fecha límite.
Tomar notas una última vez,
Recorro
Los meandros de su piel.
Registrar
Fotografiar.
Memorizar.
Interiorizar.
Después del hielo,
El fuego,
Y otra vez el imperativo,
No olvidar.
Después del fuego,
El aire,
Y las cenizas esparcidas,,
En los ojos
Sobre la tierra,
Sobre la nieve.
Y luego nada más.

Nada.
Nada.
Nada.
O sí, más bien,
Un detalle.
Cada noche,
Un recuerdo.
El murmullo
De su regreso,
Una vez el trabajo terminado,
Ocho horas de aseo
Y de buenos y leales servicios.
La llave que gira
En la cerradura
Y en mi cabeza
Y que libra por fin
A las cuatro y cuarto
De la mañana
De los monstros
Del antes.

¿Qué voy a hacer
Ahora
Con los monstros del después?
Sin mi madre.

 

Versión original, 2 de octubre de 1998.

Versión blog 1, mayo de 2013.

 

 

 

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