Tequila. (T’es qui là?)*
*“Tequila” es homófono
de “T’es qui là?”, en francés significa “¿quién eres tú?”
Final de la noche. Un
bar. Botellas, vasos. Putas y chacales, los codos arrimados al zinc de la barra. Volumen
de la música para desgarrar los tímpanos. Conversación robada entre una vieja
montada sobre una butaca y un man que quisiera llevársela directo a la
residencia.
La nena inicia:
¿Ey, dime, tienes
algo que contarme? Estoy aburrida. El tipo, sorprendido, levanta una ceja y se
acerca. ¿No, tú no tienes nada que decir? Espera, yo te voy a contar historias.
¡Hep! Mesero, dame un tequila, y tú ¿quién eres? ¿Primera vez que vienes aquí? 3 de marzo del 1927, es tu fecha de
nacimiento. ¿Tú conoces la mía? ¿Perdón?
Ah sí, claro que sí. No finjas, entendiste muy bien pero te vale huevo. Una muy
bonita expresión, muy bien elegida esta. Que lastima, porque soy una bacana, te
perdiste a alguien por conocer. Y te hubiera contado mi vida pero iré a contarla
a otros, como en este momento, como todos los sábados por la noche, cuento mi
vida a unos huevones como tú que solamente piensan en follarme. ¿Quieres otro trago? Mmmhh si… ¡Otro
tequila, otro quien eres tú! ¿Qué tipo de
música escuchas? ¡Hijueputa, este man con sus preguntas de bobo me aburre como
la lluvia que cae! Pronto me va a preguntar si prefiero el sancocho o el
ajiaco. ¿Cómo te llamas? ¿Pero quien
se cree realmente? ¿Mi padre? Déjame reír. Eres orgulloso de lo que soy ahora. ¿Crees
que eres al origen de todos mis pequeños y grandes logros? Equivocado….o quizás
no. Abandonarme me dio la hijueputa gana. La hijueputa gana de patear la basura
acumulada a mis pies. Después, limpio todo con el trapo para que todo brille. ¡Mira
el resultado!
¿Pero con quien hablas? Hablo con mi tequila. Pues con mi padre. En fin con mi
copa. Tú sabes, es este hombre que dice que no soy su hija. Pero yo digo: es quien
que lo dice que es. Tienes algo mejor que decir. Ah sí, que mi mama es una cualquiera.
Es verdad, se me había olvidado este episodio. ¿Perdón? No te entendí. Yo decía que yo también. ¿Tú también? ¡Sí, yo también, soy una! Entonces,
ten cuidado a lo que dices o te cambio el retrato. ¿Me oíste? El tipo hace una
mueca para dibujar sobre sus labios una sonrisa simplona y hacer creer que no
hay nada más eficaz en la tienda, la nena levanta unos ojos blancos de exasperación.
Y yo, ¿tú sabes cómo me llamo? ¡Ey tú!
¿Quién eres, te crees el Esfinge, me vas a hacer misterios, eso es? Guarda tus
enigmas. Yo sé cómo te llamas. Te llamas Playmobil, un solo muñeco y hacemos
variar los accesorios. Deja de actuar como un bello semental tenebroso, o sino
te mando una ráfaga de falanges y una bajada de codos. No ves que somos
tartamudos cuando hacemos el amor. Repetimos hasta el vértigo. Bueno, creo que
voy a tomar un taxi y encontrar el más tierno de mis amantes: mi lecho. Espera, te voy a acompañar. Pero, huevón,
entiendes que eres nada más que una bolsa de carne y hueso, un tres veces grano
de arena en el universo como yo, como nosotros…
¿Dónde vives? No, finalmente, me quedo. La mujer ejecuta una vuelta rápida
sobre la butaca, los ojos en el periscopio del submarino. 360 grados. Caperucita
sangrienta busca un lobo para poner en su canasto, al lado de los pasteles y del
tarrito de mantequilla. Nadie sobre la pista, ni gran cosa a la barra. ¡Pobre lector!
Tienes dificultades para comprender. Entonces, agárrate porque no se ha acabado todavía
la vuelta en montañas rusas. Te vamos a dar de todo por el precio del tiquete. La
cabeza al revés y el resto también. ¿Qué crees? La vida, sí, es más complicada que una novela. ¿Es mucho
pedir? Pues, vuelve a tus Tintins, tus revistas de Tío rico y Condorito. Aquí,
estamos en el país de los guerreros con ego sobre aplastado…
¿Quieres que bailemos? No sé, creo que voy a fumar en la terraza. Sí, vamos tengo ganas. Ah sí, escúchenlo,
ahora sí lucha. Un pobre bichito que se defiende. Ahora sí, tienes ganas de ser
mi padre. Intentas domesticarme. Pero habías que decidirte antes, mi viejo. Y si
yo no quiero. Ahhahhahaha, no habías pensado en eso. Bueno, piensa, dale,
piensa. Mmmmhhh, tener una hija a tu lado para embellecer tu viejez, seria chévere,
¿no? Sí, sería chévere. ¡Vamos! Ahora sí,
ponen buena música. ¡Ey mesero! otra tequila, y una para el joven. Ya ni
sabe dónde está parado. Tiene su lista de réplicas telenovelas pero ya no sabe en qué orden recitarlas.
Vamos a la terraza, ¿Quieres? (…hijueputa, ¿Quién es
esta vieja? Le digo que debo madrugar, que tengo que almorzar con mi abuela mañana,
o me quedo un poco más. Creo que me voy, de todas maneras, paila, no me la voy
a rumbear fácil, y estoy mamado, ni se me va a parar…Tiene un culo divino…sí,
pero está demasiada frita la nena, es una mamera.)
La terraza, me vale
huevo…quien está aquí, quien eres tú, quien eres yo, quien soy yo, quien es
quien, quien es quien, quien es quien, quien está aquí. TEQUILA. La tecno tiene
efectos perversos sobre mi lapicero, es el puro mix. En la transe, todo se
mezcla. Los papeles, las personas, agresores, agredidos, voyeristas, ¿Quién es quién?
¿Quién eres tú para mí? ¿Quién soy yo para ti? ¿Me sigues, me entiendes? ¿Qué? ¿Cómo? Los decibeles y los quid
pro quo explotan. ¿Estás totalmente perdido, no? Pues no te voy a ayudar porque
yo también estoy completamente desubicada….
Pobre niña y pobre
niño están hechos para encontrarse bajo los neones y los estroboscopios de las
discotecas…Espera, vamos a preguntar la dirección de nuestro camino. Hep, lector
¿Por dónde es ? ¡ VODKA! ¿Qué? ¿Qué nos está diciendo este man? ¡Vete a la
mierda, huevón! ¡Y Tequila!
Versión original, mayo
2004.
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